Si algo saben los colombianos es que su país es uno de los más ricos en agua del mundo. El Estudio Nacional del Agua 2014 así lo confirma, la más reciente investigación técnico-científica publicada por el Ideam sobre el recurso hídrico nacional, en la cual se reconoce su estado y sus dinámicas en Colombia.
No obstante, más allá de presentar cifras sobre la riqueza hídrica del país, el documento muestra las problemáticas que enfrenta, relacionadas con la contaminación y el impacto de las variaciones provocadas por los cambios del clima. El Estudio también hace un llamado a tomar acciones para que el sector productivo, las organizaciones sociales y la comunidad actúen con el propósito de encontrar y aplicar soluciones, modificar actividades y cambiar comportamientos, con el fin de que el agua sea cuidada como un componente esencial del desarrollo sostenible.
Según la investigación, en Colombia el sector agrícola es el de mayor demanda de agua y es allí donde actores como la empresa privada pueden tomar medidas para reducir su consumo, algo que desde hace algunos años ya ha venido haciendo el Plan Nescafé, una iniciativa global que favorece a productores y consumidores de café en los países donde Nestlé hace presencia con esta marca.
La compañía se sumó al programa de Gestión Inteligente del Agua, GIA, también conocido como Manos al agua, en el cuál se asociaron la Federación Nacional de Cafeteros, Nesspreso, la Universidad de Wagenigen, el Gobierno de Holanda y Nestlé con su marca Nescafé, con una inversión de 25 millones de dólares hasta el año 2020. A través de GIA, el Plan Nescafé lleva tres años actuando en 25 microcuencas de cinco departamentos colombianos, donde uno de los frentes es la concientización permanente a los productores de café, con el fin de que no desperdicien el agua y para la no contaminación de las fluentes acuíferas, según explica Ricardo Piedrahita, Gerente de Abastecimiento y Sostenibilidad de café para Nestlé de Colombia.
Respecto a esto, en las visitas a las fincas del Plan Nescafé se ha hecho evidente la necesidad de gestionar el cambio en las costumbres de los caficultores en sus hogares. “Hemos detectado que ya hay conflictos por el agua en la parte rural y esto se debe justamente a que la tratamos como si fuera un recurso infinito”, afirma el encargado del café en Nestlé Colombia, quien dice que es una escena común llegar a una finca cafetera y observar cómo las llaves no se cierran en las labores domésticas o ver a los hombres poner mangueras para llenar canecas de agua, que terminan rebosándose permanentemente y dejan caer el líquido al suelo sin mesura.
Para lograrlo, en el marco del Plan se han implementado tecnologías que les permiten a los caficultores hacer el proceso de beneficio de café como la Belcosub, una tecnología que logra una reducción en el consumo de agua mayor al 95 por ciento y un control de contaminación de más del 90 por ciento, sin afectar la calidad del producto. Así, se pasa de necesitar 35 litros de agua para procesar un kilo de café a menos de uno.
En cuanto a la contaminación, el programa de Nestlé también busca fortalecer las costumbres de utilizar la pulpa sobrante del café como abono orgánico en lugar de verterla en las cuencas.
No obstante, si algo tiene claro la compañía es que si las comunidades no toman conciencia de la importancia del agua y de adoptar estos paquetes de tecnología, todos esos esfuerzos humanos y financieros se perderán, un escenario que afecta a todos los actores de la cadena productiva de café.
Por eso, en sus 150 años, Nestlé continúa con su política corporativa sobre el agua, que exige que el uso de este elemento sea óptimo en los métodos de fabricación de sus productos, pero sin afectar su calidad y seguridad, una estrategia que, además de cumplir con la normativa legal de Colombia, hace parte esencial de la estrategia de Creación de Valor Compartido de la compañía. “Así las cifras respalden la creencia de que somos ricos en agua, si no cuidamos el recurso, ni las empresas podrán funcionar, ni los seres humanos estar bien”, concluye Piedrahita.