Cuenta con un sistema solar fotovoltaico, iluminación led en el 60 % del campus, plantas de tratamiento de aguas residuales, jardines, semilleros de investigación enfocados en cambio climático y medio ambiente, y un programa de compostaje para producir abono orgánico.
La Universidad Autónoma de Occidente tiene una certificación en su Sistema de Gestión Ambiental. / Fotos: UAO
Desde el 2010, la Universidad de Indonesia viene realizando cada año el ranquin Green Metric, que destaca la gestión ambiental hecha por instituciones de educación superior de todo el mundo, teniendo en cuenta factores como la infraestructura, el uso eficiente de la energía y el agua, el manejo de los residuos sólidos, los programas de educación ambiental ofrecidos dentro del pénsum y el uso de transporte sostenible.
En Colombia, fue la Autónoma de Occidente de Cali la primera universidad privada en ser reconocida internacionalmente dentro de ésta lista, y ocupó el puesto 163 entre 407 instituciones que participaron en 2015; la segunda, después de la Universidad Nacional, y la sexta a nivel Latinoamericano.
Los esfuerzos no son nada recientes; al contrario, vienen desde 1999, cuando se inauguró la sede Valle del Lili, que para ese entonces no contaba con acueducto ni alcantarillado, por lo que se vieron obligados a construir plantas de tratamiento y pozos de agua.
“Al principio fue por pura necesidad, luego fuimos entendiendo que el medio ambiente no es un tema secundario sino una prioridad y transversal a todas las carreras. Estamos muy lejos de ser un campus sostenible, pero todos nuestros esfuerzos institucionales van encaminados hacia esa dirección. No solo queremos formar profesionales de alta calidad, sino también personas integrales”, dice su rector, Luis Hernán Pérez.
El programa que ahora manejan se llama Campus Sostenible, una iniciativa que nació hace dos años con el propósito de reducir las emisiones de CO2, crear un campus mucho más amigable con el medio ambiente y los estudiantes, promover la investigación en las aulas, mejorar la calidad del aire, tratar las aguas residuales, generar energía alternativa, promover el reciclaje, entre muchos otros puntos.
“Los residuos de los baños, por ejemplo, son llevados a una planta de tratamiento de aguas residuales (PTAR) que separa los sólidos; luego son trasladados a una planta de lombricompostaje que los convierte en abono orgánico para ser usados en jardinería. El agua restante es desinfectada y utilizada para el riego del césped y canchas de fútbol, y otro porcentaje va directamente al río Lili, que desemboca en el río Cauca, en mejores condiciones”, explica Carlos Borrero, coordinador de mantenimiento del departamento de Planta Física.
De igual forma, se almacena agua lluvia y a nivel freático en tanques que luego sirven para regar las plantas o como reservorio para el sistema contra incendios de la universidad. Según el monitoreo que viene realizando el profesor Mario Gandini, director del Programa de Ingeniería Ambiental, junto con varios estudiantes de la facultad, en la Autónoma de Occidente se consumen cerca de 27.000 metros cúbicos de agua al año y el 50 % se reutiliza para la jardinería gracias a la PTAR.
Aunque la universidad tiene un área de apenas 90.000 metros cuadrados, el 13 % corresponde a zonas verdes y jardines con palmas, araucarias, heliconias, anturios, acacias, ceibas, guayacanes y 150 especies más que se han ido sembrando en las últimas dos décadas y que ahora son el hogar de ardillas, iguanas, cientos de mariposas y varios tipos de aves que revolotean por el campus, como azulejos, gavilanes, loros y pájaros carpinteros.
La universidad cuenta también con un sistema solar fotovoltaico que produce el 5 % de la energía que consume la institución, libre de emisiones de gases de efecto invernadero, dado que uno de los principales propósitos era el de generar y consumir energía de manera eficiente y alternativa. El 60 % del campus cuenta ahora con tecnología led, “que no contiene vapores de mercurio como la fluorescente, dobla el nivel de iluminación, ahorra la mitad de energía y es completamente reciclable”, dice Borrero.
El componente de educación ambiental se ha fortalecido gracias a campañas, charlas, foros, obras de teatro, musicales y boletines que se hacen sobre el tema. Las facultades de Ingeniería Ambiental, Industrial, Electrónica, Mecánica, así como la maestría en Ciencias Ambientales, la especialización en Gestión Ambiental y los semilleros de investigación, han ido centrado sus esfuerzos en promover la investigación y aportar al programa Campus Sostenible para seguir mejorando.
En el escalafón de Green Metric 2015, las universidades con mayores niveles de sostenibilidad ambiental son de países como Inglaterra, Estados Unidos e Irlanda, siendo la Universidad de Nottingham la que encabeza la lista en todo el mundo. En Colombia también sobresalen la Universidad del Norte de Barranquilla, la Universidad Tecnológica de Pereira y la Universidad El Bosque.